Prevención del Suicidio: Cuidando la Salud Mental

Cada que muere una persona por suicidio, las personas se preguntan ¿Qué pasó? ¿Qué debimos haber hecho? ¿Por qué no hicimos nada? Lo cierto es que, una persona con ideas suicidas vive en un callejón sin salida, en el cual, buscar solución le resulta imposible ante sus ideas catastróficas

Ahora bien, quienes rodean a una persona con estos pensamientos se preguntarán ¿Qué puedo hacer para prevenir el suicidio? ¿Cómo podría ayudar a alguien que esta pasando por algo así? ¿Qué necesito para ayudar a alguien con estos pensamientos?

La salud mental es un aspecto esencial de nuestras vidas que a menudo pasa desapercibido. Septiembre es el Mes de la Prevención del Suicidio, un recordatorio de que debemos abordar este tema con empatía, comprensión y apoyo constante. Desde la perspectiva de un psicólogo, es crucial explorar cómo la prevención del suicidio se integra con la atención de la salud mental.

Veamos varios aspectos a considerar parala prevención del suicidio, atendiendo las inquietudes de la mayoría de las personas.

  • La importancia del autocuidado: Una de las piedras angulares de la prevención del suicidio es el autocuidado. En un mundo donde la vida puede ser abrumadora, dedicar tiempo para cuidar de uno mismo es esencial. La práctica de la meditación, la relajación y la atención plena puede ayudar a las personas a gestionar el estrés y las emociones intensas. Lo cual, repercute en la disminución de la sintomatología depresiva.
  • Romper el estigma: Es fundamental entender que buscar ayuda no es un signo de debilidad, sino de valentía. Romper el estigma en torno a la salud mental y el suicidio es crucial para que las personas se sientan cómodas compartiendo sus luchas y buscando apoyo. Contar con una red de apoyo, es favorable para los procesos de prevención.
  • Señales de alerta: Como psicólogos, sabemos que existen señales de alerta que pueden indicar que alguien está en riesgo. Cambios en el comportamiento, expresiones de desesperanza o aislamiento social son indicios que no debemos ignorar. Al educar a la sociedad sobre estas señales, podemos intervenir y ofrecer apoyo a tiempo.
  • Apoyo continuo: La prevención del suicidio no se limita a un mes al año. Debe ser una conversación continua y una preocupación constante. Ofrecer apoyo emocional y recursos a quienes lo necesitan es un compromiso que debemos mantener durante todo el año.

En conclusión, como psicólogos, sabemos que la prevención del suicidio es una parte integral de la atención de la salud mental. Sin embargo, todos podemos contribuir a crear conciencia respecto al tema. Al promover el autocuidado, romper el estigma, reconocer las señales de alerta y brindar apoyo continuo, podemos marcar la diferencia en la vida de aquellos que enfrentan desafíos emocionales. Juntos, podemos crear un mundo donde la esperanza y el apoyo sean accesibles para todos.

Luz A. Anaya Berrocal
Psicóloga Clínica
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