“eres una carga” “yo actúo así por tu culpa” “si te portaras bien, no tendría que decirte lo que te digo” “no quiero perder el control y pegarte” esta es una de las muchas que escuchamos entre parejas en medio de una discusión. Puede que, quien las escuche justifique que, su pareja está enojada o simplemente se dejó llevar por su rabia y por eso dijo cosas “sin sentido” sin embargo, más que ser un habla hiriente es una agresión, es violencia psicológica.
Violencia psicológica
La violencia psicológica es un tipo de agresión verbal en la que se ven altamente afectada las emociones y el estado psicológico de la víctima. Además, está compuesta por un grupo de comportamientos que son los que ocasionan dicho daño. Este daño es profundo y puede irse generando de manera aparentemente silenciosa, las agresiones que no vienen acompañadas de violencia física generan altos niveles de ansiedad en la victima pues siempre está a la espera de que quien la agrede, también le levante la mano. Solo puede hablarse de violencia psicológica si esta es constante y consecutiva. Es bueno tener en cuenta que, el agresor en muchas ocasiones desconoce la gravedad de lo que hace y puede incluso no ser consciente del daño que ocasiona al otro pero esto se debe a que este tipo de conducta es “normal” para él o ella. Es posible que, haya sido víctima de violencia física o psicológica o que sufra otros traumas.
¿Cómo identificar la violencia psicológica?
- Amenazas: La víctima se siente amenazada y por tanto, puede perder el control de sus actos y sentirse “desesperado (a)” por no saber qué hacer para agradar al otro y evitar que cumpla con sus amenazas. Ej: “si te sigues portando así, un día va a ocurrir una tragedia”
- Inseguridad: La víctima se siente insegura y desprotegida. Puesto que, el agresor con sus actos demuestra poco o ningún interés en su bienestar la víctima se siente atada y sola. Por ello, puede recurrir a otros mecanismos para solucionar los asuntos que le preocupan. Ej: “necesito hablar con alguien, me siento sola. No puedo hacerlo con él porque solo me culparía de mis emociones y no me entendería”
- Injurias: La víctima es constantemente menospreciada y culpada por cosas que puedan suceder a su alrededor cuando hay certeza de que no es así. Ej: “es tu culpa todo lo que está pasando. Si tu hubieses estado aquí para ayudarme nada de esto habría pasado”
- Gritos: La víctima es agredida e insultada constantemente con gritos que la hacen sentir inferior y sin derecho a defenderse o que el agresor es la autoridad. Ej: “Siempre es lo mismo contigo”
- Criticas: La víctima sufre de constantes críticas por parte de su agresor sea por su forma de trabajar, aspecto físico, forma de cocinar, organizar, arreglar u otra actividad en la que incluso la víctima tenga habilidades para destacarse.
- Comentarios maliciosos: la victima sufre agresión por comentarios que minimizan las acciones relevantes que pueda llevar a cabo. Ej: “tú no puedes trabajar” “si me dejas te quito los niños y nunca más los volverás a ver” “para que haces eso, eso no va a funcionar”
- Indiferencia: esta es la forma más silenciosa y mas efectiva de hacer daño. Con este comportamiento el agresor minimiza los sentimientos de la víctima y la empuja a sentirse en un laberinto sin salida en el que tiene que soportar su poco interés ya sea en solucionar los asuntos o en atender sus necesidades emocionales. Esta conducta el agresor la mantiene por varios días y persiste en una actitud fría y cruel que genera sentimientos de minusvalía y ansiedad en la víctima. Ej: en alguno de los casos pueden haber expresiones como “deja de llorar que no es para tanto”
La violencia psicológica es tanto o más grave que la violencia física. Es un aviso de que, en algún momento su pareja le va a levantar la mano. Por lo tanto, si sufre violencia psicológica busque ayuda, no se quede ahí. Su vida corre peligro puesto que, alguien que no está interesado en sus emociones no va a medir el alcance de sus palabras y acciones para protegerla entonces, no permanezca ahí. Los hogares disfuncionales no se manejan con promesas ni el agresor se controla “recapacitando” este es un problema que viene de fondo, desde la crianza por traumas y vivencias que causaron su conducta. Por lo tanto, no se siente a esperar cambios que NO van a llegar por si solos. El agresor debe recibir tratamiento psicológico que le ayude a manejar sus impulsos y sanar traumas de la infancia y heridas que generaron este comportamiento.